En este artículo veremos las características de las normas jurídicas.
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Vivir en sociedad exige normas
Las normas jurídicas son un conjunto coherente y ordenado de normas administradas por la autoridad y cuyo incumplimiento lleva asociada una sanción penal o administrativa.
La vieja sentencia latina de Ulpiniano de que la justicia es dar a cada uno lo que le corresponde requiere de elementos ideológicos y materiales para su consecución. Las normas jurídicas estuvieron en su origen muy influenciadas por el ambiente cultural donde se aplicaban. Eran formas establecidas de respetar las propiedades y los pactos.
Cada sociedad establecía las suyas muchas veces de forma no escrita. La forma legal más elaborada llegó con los romanos que estimaban en gran medida su sistema de derecho.
Estaban convencidos que su virtud obedecía a estar formado por la influencia de miles de problemas planteados que se habían resuelto satisfactoriamente y de los que se guardaba memoria. Este sistema justamente lo creían muy superior a cualquier otro derivado del derecho divino o de la voluntad de una sola persona.
Las normas jurídicas en la sociedad actual deben hacer frente a la enorme complejidad de la sociedad actual y a su dinamismo. Los legisladores deben corregir aquellos aspectos legales que se han visto superados por los acontecimientos para que cumplan la función inicialmente prevista. También deben actualizarse de forma permanente para clarificar y ordenar un cuerpo de doctrina cada vez más difícil de interpretar incluso para especialistas.
La norma jurídica como parte de un todo
La norma jurídica debe diferenciarse del conjunto del ordenamiento jurídico. Pero ambos están diseñados para el mismo fin. La luz que arroja la norma da base al ordenamiento jurídico. Cuando la norma es la que da pie a interpretaciones contrapuestas se clarifica lectura con el conjunto del ordenamiento.
Está establecido que las normas jurídicas deben ser escritas. Esto garantiza la uniformidad de interpretaciones, su independencia y permanencia. El lenguaje actúa como el mejor asistente de la ley al ir creando los conceptos precisos que mejor sirvan a la voluntad del legislador.
Las normas jurídicas se ordenan jerárquicamente. Las leyes están en un nivel superior a los reglamentos y cualquier norma de rango inferior puede ser recurrida a instancia de otra de rango superior.
Las distintas filosofías del derecho
Las bases del derecho continental están en el derecho romano. En el mundo anglosajón existen particularidades muy específicas y exclusivas en su sistema legal, pero del mismo modo han recibido una fuerte influencia.
En otros ámbitos culturales pueden estar presentes sistemas legales de trasfondo religioso. La apelación a la voluntad de un legislador inmutable y eterno ha sido muy útil para evitar la arbitrariedad de la voluntad humana.
También resulta un problema por esa misma razón, si no se puede cambiar el hombre ha de ser esclavo de las leyes, aunque ya no cumplan la función para la que fueron creadas.
La revolución francesa y las legislaciones modernas
El mundo del derecho en occidente sufrió una reforma radical en sus cimientos cuando se ordenó en códigos civiles las normas que de otra forma estarían desordenadas. La aportación napoleónica del código de derecho civil ha sido de capital importancia para homogeneizar la sociedad y democratizarla.
Las mejores normas son las que no requieren de una gran explicación y desde las costumbres asentadas se intuyen. La costumbre funciona como una norma jurídica “de última instancia” a falta de norma escrita. Esto revela su importancia y el origen normal que hay detrás de cualquier norma escrita.
Siempre se antepone el derecho a hacer sobre cualquier acción limitativa de la libertad si no hay norma que lo impida. Y para ello las normas se escriben para su aplicación general, aunque tengan que aplicarse siempre atendiendo a cada caso concreto. En esto dicen que está la grandeza y la servidumbre del derecho.