Saltar al contenido

Pusilanime

Pusilánime es un término bastante utilizado en nuestro día a día. Sin embargo, muchas personas lo suelen utilizar de manera gratuita si ni tan siquiera entender todos sus significados. Para poder ayudarte a comprender de lo que estamos hablando con este término tan especial, hemos creado un extenso texto en donde vamos a explicarte sus diferentes connotaciones.

 

El significado de pusilánime según la RAE

 

En la RAE nos encontramos con dos significados asociados a este término. En los dos casos, se entiende como un adjetivo:

1) El primer significado es aplicado a una persona y te nota una falta de ánimo, motivación o valor para tomar algunas decisiones. También se puede aplicar a aquellas personas que no reúnen los requisitos para poder enfrentarse a situaciones comprometidas.

2) Por otra parte, también se asocia a una característica copia de una persona pusilánime. Puede ser algo contraproducente utilizar el mismo término para establecer una definición, pero en la RAE así está escrito. Con esto se quiere referir al término de “actitud pusilánime” en relación con una persona que tiene esta actitud a no ser capaz de tomar una determinada decisión, aunque su vida esté en juego.

 

pusilánime

 

Interpretación del término pusilánime

 

Esta palabra proviene directamente del latín pusillanimis y, como ya hemos visto anteriormente, se trata de un adjetivo que se asocia a la falta de ánimo y de valor. Cuando definimos a alguien como pusilánime, hacemos referencia a alguien que duda hasta en las situaciones más complicadas, que teme que las consecuencias de sus acciones sean fatales y que les falta ese coraje para poder tomar algunas decisiones de relevancia.
Antes de seguir con el texto, vamos a escribir un par de ejemplos para que lo puedas entender más fácilmente:
“Los oficiales del ejército no han podido ser más pusilánimes” (En relación, por ejemplo, a una situación límite en donde no han podido tomar ningún tipo de decisión).

“No seas pusilánime y piensa que llegado el momento de enfrentarse a tus padres” (Por ejemplo, cuando tenemos algún tipo de problema o tema que tratar con ellos, pero siempre encontramos algún tipo de excusa de dejarlo para más tarde. Lo que esto realmente denota es una incapacidad de decisión para poder enfrentarnos a ellos).
“Jose es una persona pusilánime, es capaz de permitir que todo el mundo le falte al respeto porque el otro día se le rompieron los pantalones en el parque y no hace nada por defender su posición” (Con este ejemplo cómico, estamos definiendo a Jose como una persona pusilánime ya que, después de haber experimentado un acudido gracioso, las burlas en torno a su figura se han incrementado y no es capaz de hacer nada para poder enfrentarse a esa situación).
Como valores contrarios a la figura del pusilánime, nos encontramos con la valentía, el coraje, la bravura, el ímpetu, la audacia, así como otros adjetivos relacionados. Una persona pusilánime no reúne esas condiciones anteriores en su comportamiento. No es capaz de tener esa determinación para actuar en algunas situaciones y tampoco puede tomar decisiones firmes. Normalmente sus miedos se basan en el temor, en la debilidad, en las dudas y en el miedo.

 

¿Cómo se forman los pusilánimes?

Vamos a hablar de una figura mediática que utilizó este término con bastante frecuencia. Tenemos que retroceder al intervalo de años comprendido entre el año 1987 y 1988. El ex político y militar argentino Aldo Rico se revelaría contra el orden democrático establecido contra aquel entonces y fundaría el partido bonaerense de San Miguel. Para poder conseguir un mayor número de adeptos, utilizó este término que ya se encontraba en desuso en el país de Argentina, con el objetivo de atacar a sus competidores.

El problema de utilizar de forma gratuita el término pusilánime es que estamos ofendiendo a todas las personas que reciban este calificativo. Estamos atacando a algunos valores muy importantes para las personas como puede ser el coraje por la valentía (o más bien la falta de ellos). Ninguna persona es capaz de admitir que carece de estas cualidades (O, por lo menos, no lo va a hacer de manera pública).

Lo peor de todo es que cada día somos más pusilánimes. En el momento en el que se nos presenta un conflicto, en lo primero en lo que solemos pensar es en que alguien se ocupe de ellos o que, por lo menos, nos pueden llegar a echar una mano. Por esta razón, en la sociedad en la que vivimos tenemos toda una gran cantidad de normas y leyes que, mientras nos quitan el peso de tener que estar pensando en todas las decisiones que tomamos, también son capaces de oprimirnos haciendo que no pensemos por nosotros mismos.

La idea es que, en el momento en el que cometamos un error, este será sancionado por el organismo correspondiente aliviando el peso en cierta medida.

Un tema muy polémico que está presente en cualquier parte del mundo son los casos de acoso sexual visual. Sin embargo, los diferentes organismos, en vez de tratar los caminos de comunicación directa para acabar con el problema de raíz, lo que hacen es dejar la mirada perdida en las paredes de las aulas o en sus techos para conseguir una solución es que, de entrada, no parece las adecuadas. Esto se traduce como una actitud pusilánime por parte de las administraciones que, además, se traslada directamente a nuestras mentes haciendo que pensemos de la misma manera.

En los tiempos que corren es bastante complicado no reunir algunas de las características de una persona pusilánime. Seguramente, si te lo preguntan a ti, dirás que eres capaz de enfrentar todos tus problemas y que no eres ni de lejos una persona pusilánime… Sin embargo, en la actividad, cuando pienses en todos tus problemas, te darás cuenta de que no estás haciendo todo lo que podrías para solucionar tus problemas. Así que, aunque sea en un pequeño grado, si quieres una persona que reúne estas características.