La figura del médico es completamente necesaria en la sociedad actual: sobre sus hombros lleva la responsabilidad de decidir los diferentes tratamientos que el paciente puede llegar a necesitar tanto para mejorar su salud, combatir determinadas enfermedades, combatir contra el dolor, así como ser determinante en la vida y en la muerte.
Tiene una responsabilidad que no puede eludir y que entra directamente en su actividad profesional. Desde el momento en el que se decide a cursar estudios relacionados con la medicina, conocer todas esas responsabilidades y las debe de cumplir a rajatabla.
Este compromiso tiene una larga tradición remontándose incluso a la época de “Hipócrates de Cros” que se considera como el “padre de la medicina”. Este maestro vivió en Grecia hace unos 2500 años y se encargó de redactar un juramento que se terminó por conocer cómo “el juramento hipocrático”. Lo mejor de todo es que este juramento todavía lo podemos encontrar en nuestro mundo moderno; de hecho, los médicos tienen que prestar juramento en una ceremonia solemne cuando empiezan su vida profesional.
Tienes que saber que ha pasado mucho tiempo desde que se jura este texto y puede que su lenguaje pueda resultar algo extraño. Además, también presenta algunos conceptos que pueden no tener demasiada relación con los tiempos actuales, pero si ha conseguido sobrevivir al paso del tiempo será por algo.
Independientemente de la forma en la que se trasmitan esos conocimientos, lo cierto es que dentro del texto se guardan unos valores (como el respeto a la vida y la dignidad de cualquier persona, la compasión, la gratitud, la justicia, la humildad, la honestidad, el derecho a la sanidad, la confidencialidad entre médico y paciente, así como la integridad física de este último) que los médicos deben de respetar a rajatabla.
En el momento en el que el médico se compromete con este juramento hipocrático, se está comprometiendo a la vez con estos valores y sobre la misma base de ellos para poder enfrentarse tanto a problemas morales como éticos específicos que se van a producir en el ejercicio de la medicina, tanto en la que nos encontramos en la actualidad, como la que nos va a deparar el futuro.
Si quieres echar un vistazo a este juramento, en la red podemos encontrar el texto íntegro para que podamos conocer todos estos valores. De la lectura del mismo podemos extraer el ideal que se debería de asociar al comportamiento del facultativo. Muchas personas piensan que, como ya han pasado más de 2000 años de la redacción de este documento, no es demasiado importante… Pero nada más lejos, este juramento sigue siendo tan importante como lo fue en el momento de su fundación.
A continuación, vamos a extraer algunas de las claves más importantes de este juramento.
Las claves más destacadas sobre el juramento hipocrático
Antes de empezar a analizar algunas de las claves más importantes, lo primero que tenemos que sabes es que, a pesar de que tuvo su origen en Hipócrates, lo cierto es que fue ampliado posteriormente añadiendo algunas frases importantes.
Una de las frases más importantes que nos encontramos es la de “consagraré mi vida al servicio de la humanidad” siendo también una de las primeras que aparecen en el texto. Con esto se nos asegura que el facultativo no puede negar atención médica a cualquier persona que la pueda llegar a necesitar independientemente de las acciones que la han llevado a recibirla.
Las siguientes dos frases importantes son “guardaré a mis maestros el debido respeto y gratitud a” y “practicaré mi profesión con conciencia y dignidad”; todo esto nos ayuda a tener presente que estamos ante un profesional de gran calidad que va a utilizar todos sus conocimientos adquiridos para poder darnos exactamente el servicio que necesitamos. “La salud de mis pacientes será el objetivo prioritario de mi trabajo” y “respetaré los secretos que me fueren confiados en todo aquello que con ocasión o a consecuencia de mi profesión pudiera haber conocido y que no deba ser revelado” nos ayuda a conocer el verdadero compromiso que existe entre el paciente y el médico y como este último se va a encargar de aplicar lo que se conoce como secreto profesional en el caso de que esto sea necesario.
La que sin duda es una de las claves básicas de este documento es “no permitiré que prejuicios de religión, nacionalidad, raza, partido político o nivel social se interpongan entre mi deber y mi conciencia”. Esto quiere decir que la medicina está por encima de la religión, o de cualquier otro tipo de obstáculo que se pueda llegar a presentar. Cuando el profesional y en el que curar a cualquier paciente o darle algún tipo de tratamiento, no encontrar ningún tipo de obstáculo que le permita hacerlo.
“No realizaré experimentos que entrañen sufrimiento, riesgo o que sean innecesarios o atenten contra la dignidad humana”; probablemente esta sea una frase bastante polémica ya que a veces se tienen que tomar riesgos con el objetivo de conseguir un tratamiento adecuado o incluso, la curación de una determinada enfermedad.
“Si llegado el día en que mis conocimientos son facultades físicas o sensoriales no fueran las idóneas para el ejercicio profesional no abandonase este voluntariamente, pido mis compañeros de hoy y mañana que me obligan a hacerlo”. Con esto nos aseguran que siempre vamos a encontrar a un profesional disponible en las mejores facultades para poder darnos la atención que necesitamos. Sin embargo, los médicos también son personas y su mente se puede llegar a deteriorar: precisamente por esta razón, deben de ser apartados del cargo antes de que puedan con meter cualquier tipo de negligencia.
El manifiesto termina con la frase de “hago estas promesas solemne y libremente, bajo palabra de honor, en memoria de todos los que creen o hayan creído en el honor de los médicos y en la ética de sus actuaciones”.
Ahora ya conoces algunas de las frases que comprenden el juramento hipocrático y como estas pueden darnos un servicio de sanidad de calidad.