Se acaba el calor, las largas tardes de terraza viendo pasar las horas mientras nos relajamos con una cerveza en la mano. Los días de playa viendo las olas pasar mientras no hacemos más que escuchar el dulce aroma del agua chocando con la orilla. Ha llegado el final del verano y ha entrado el otoño (Ver cuando empieza el otoño). El fin de las vacaciones está cerca y con ello llega el equinoccio de otoño.
¿Qué es el equinoccio de otoño?
Se conoce así al momento en el que los dos polos terrestres están a exactamente la misma distancia del sol. Por lo tanto,la luz se proyecta de igual manera en ambos hemisferios y los días duran igual que las noches.
El equinoccio ocurre dos veces al año, el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de diciembre. Estos días la noche y el día tienen la misma duración en todos los lugares de la tierra. Así, se convierte en un momento mágico y venerado por culturas, creencias populares, rituales de magia. También son días especiales para los creyentes de tradiciones ancestrales.
Muchas personas consideran la noche del equinoccio mágica y especial. Para ello, suelen reunirse en montañas, laderas o playas para darle la bienvenida al cambio de estación. Lo celebran con cánticos, bailes, fiestas u orando juntos sintiéndose unidos y en armonía.
¿Cómo puedo celebrar este momento tan especial?
Los creyentes en la magia celebran que el equinoccio otoñal más conocido como Mabon por la reina celta de las hadas Mab. Ésta representa época de cosecha, época en la que mueren y renacen las plantas a través del misterio de las semillas.
Mabon es tiempo de descanso, tiempo de reflexión por el trabajo duro bien hecho y de la llegada de recolecta del mismo. Es tiempo en el que podemos leer, estudiar o prepararnos de manera interior para cambios espirituales, ya que la magia del equinoccio acompaña las fuerzas del cambio.
Tradicionalmente se cree que este momento mágico es el mejor para convertir nuestra casa en un templo espiritual. Ya que nos dará fuerza y nos revitalizara por dentro, momento en el que podremos recargarnos para continuar con el resto del año.
Aprovecharemos para iluminar nuestra casa dejando pasar las energías. Con el cambio de estación el verano se lleva el sol con él y recibiremos menos horas de iluminación natural. Por lo tanto, deberemos aprovechar las que nos quedan al máximo.
¿Puedo realizar algún ritual para provechar la magia de este maravilloso momento?
Existen infinidad de rituales que podemos realizar para aprovechar el equinoccio y renovar nuestras energías. También para sentirnos preparados para afrontar nuevos retos. A continuación, os dejo los más populares.
- Libérate de bloqueos energéticos: Llena la bañera con agua caliente y pon 250 gramos de sal marina dentro. Añade 20 gotas de aceite de almendras. Evitando los espejos del baño pondremos una vela plateada en un lugar visible. La encenderemos, metete en la bañera y relájate. Siente cómo la sal purifica los pensamientos y va borrando las actitudes negativas de los que deseas deshacerte. Intenta localizar tus defectos o aquellos comportamientos que te crean problemas en tu vida diaria. Siente como si fueran una enfermedad de la que te deshaces. Respira profundamente. Intenta mantener 10 minutos estos pensamientos. A continuación, quita el tapón de la bañera. Observa cómo desaparece el agua y con ella todo lo que suponía una carga mental o física para ti. Cuando la bañera está vacía por completo toma una ducha de agua templada o fresca. Sécate y apaga la vela.
- Altar de otoño para el bienestar: Busca un lugar tranquilo y agradable de tu casa, extiende sobre una pequeña mesa un mantel o una tela de color marrón o morado. Pon sobre ella un bol o cuenco de barro que contenga hojas de roble (Simbolizan la curación), bellotas (representan la longevidad), avellanas (fortalecen la reconciliación y la felicidad en el amor), ramitas de pino (atrae el dinero) o ciprés (aumenta la protección) y unas granadas (nos otorgara sabiduría). Junto a ellas pon una copa con vino blanco (Simboliza la alegría) y enciende una vela de color marrón o hecha de miel (esto representará la abundancia material). Encenderemos una ramita de incienso de pino, de incienso de ciprés o de enebro, todos ellos protectores. Deberemos activar el altar, es decir, encenderemos las velas y el incienso los días de la Luna creciente (del 21 al 28 de septiembre). Después, una vez a la semana durante todos los meses de otoño. Mientras esté activado lo ideal será sentarse como mínimo diez minutos frente a él. Relaja tu respiración y visualiza todo aquello cuanto desees conseguir. (Debemos tener en cuenta las hierbas que introducimos en el cuenco, ya que cada una sirve para ayudarnos con un objetivo diferente). Cuando desees desactivarlo extingue la llama de las velas con un suave soplido o con la yema de los dedos.
Cuando hacerlo
Todos estos rituales y hechizos deben realizarse siempre en el equinoccio de otoño. Ya que la fuerza es más intensa y la magia fluye de manera más fuerte.
Nuestros ancestros han relacionado desde el inicio de los tiempos el equinoccio otoñal con la fuerza y la magia. Las creencias populares acerca de este día tan mágico se han extendido con el paso de los siglos.
Incluso para la gente que no cree en este tipo de rituales o momentos mágicos se ha podido demostrar que la fuerza del cambio les ha ayudado. Por ejemplo a estudiar, a realizar cambios importantes en sus vidas o a recibir ascensos y noticias positivas.
No debemos cerrarnos a las creencias más antiguas. De ellas nace la magia y las leyendas populares, manteniendo viva la llama de las historias pasadas hasta nuestros días.
Astrológicamente hablando los magos siempre creían que el equinoccio de otoño era poderoso. Tambien que podía traer cambios importantes a la vida de cualquier persona que realizase sencillos gestos. Por ejemplo contactar con la naturaleza. Estudiaban este tipo de cambios para satisfacer los deseos de sus reyes y complacerles en los días más mágicos del año.
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