El cubismo fue uno de los movimientos que más revolucionó el mundo de la pintura del siglo XX. Con este movimiento se rompe definitivamente con la pintura tradicional a la que estábamos acostumbrados.
Fue Louis Vauxcelles, un importante crítico francés, el que bautizó este movimiento como cubismo. Una de las características principales del cubismo es que no se trataba de crear obras con la idea de que pertenecieran al cubismo, sino que formaron parte del movimiento por el simple hecho de expresar lo que el pintor sentía en su interior.
Para entender las características del cubismo es imprescindible conocer una pequeña parte de su historia.
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Historia del cubismo
Este movimiento comenzó con la obra Las señoritas de Aviñón, una pintura creada por Pablo Picasso, uno de los grandes maestros de este movimiento. Este tenía consigo a Juan Gris, otro español, y a Georges Braque y Fernand Léger, otros dos artistas franceses. El movimiento nació y se desarrolló en la ciudad de París.
¿Qué supuso la aparición del cubismo?
El cubismo surgió a lo largo de la primera década del siglo XX (entre 1907 y 1914 más concretamente) convirtiendo sus obras así en las primeras pinturas vanguardistas. Pablo Picasso y Georges Braque trataron de dejar a un lado las tendencias impresionistas aportando más solidez y densidad a los objetos representados en sus pinturas. Esta técnica tuvo su origen en las técnicas de Paul Cézanne, un pintor postimpresionista que alcanzó su momento más álgido justo antes de la aparición del cubismo. Este último fue considerado el padre de la pintura moderna de aquella época.
La aparición de la fotografía por aquellos entonces liberó a los artistas de representar los objetos y las personas tal y como las veían nuestros ojos. Esto forzó de alguna manera a los artistas a realizar representaciones totalmente distintas, en ocasiones casi abstractas, con el objetivo de dejar en evidencia el hecho de que no todas las cosas son como aparentan ser.
El cubismo tuvo dos épocas y denominaciones totalmente diferentes que vamos a describir a continuación.
Cubismo hermético
Se dio entre 1909 y 1912, cuando Picasso y Braque estrechan sus lazos y empiezan a desarrollar las técnicas que dieron lugar al nuevo movimiento.
La característica principal del cubismo hermético es que la pintura es muy sobria, predominando los colores grises y ocres. Esta predominancia de colores monocromáticos se debió a que el color perdió su importancia para dar más protagonismo a las representaciones desde distintos puntos de vista.
Uno de los motivos por los que a esta etapa se la denomina hermética es que, como ya hemos mencionado anteriormente, algunas obras son prácticamente abstractas. Era realmente complicado identificar lo que se intentaba representar en algunas obras, aunque en algunos casos aislados se podían divisar objetos gracias a los que se podía distinguir el objeto de la representación.
Cubismo sintético
Esta etapa del cubismo se dio entre los años 1912 y 1914. Esta vez, la diferencia con el cubismo hermético fue que se empezaron a incorporar materiales gráficos pegados directamente sobre las pinturas, además de la utilización de letras y números en la propia representación de la obra. 1912 fue el año en el cual Pablo Picasso realizó Naturaleza muerta con silla de paja, una obra en la que sobre el lienzo hay piezas de papel y hule.