Si entras en la página web de la rae y escribes el término almóndiga, a diferencia de hace unos años, ya aparecerá entre ellos. Sin embargo, no se definirá de la misma manera que la palabra albóndiga ni mucho menos, sino que más bien de dirá que se trata de un tipo de vulgarismo, pero correcto, en cualquier caso.
No obstante, no es la única palabra relacionada con el ámbito gastronómico que esta entidad ha aceptado: sin ir más lejos, nos encontramos con algunos términos como Madalena, moniato, toballa, vagamundo, doctor, arremangar, culamen, setiembre y otubre…
Ahora bien: con tanta información que hay en Internet (o más bien, desinformación) muchas personas aseguran que la rae no ha incluido esos términos y que tan sólo se trata de un error. A continuación, vamos a analizar este aspecto.
¿Realmente ha admitido la RAE la palabra almondiga, entre otros términos similares, en sus registros?
La verdad es que esta organización no ha admitido estos términos o, por lo menos, esto no es cierto a 100%. Lo cierto es que la propia academia asegura que estas tres palabras llevan en nuestro diccionario desde hace mucho tiempo (en concreto desde hace casi tres siglos) por lo que, en realidad, no ha cambiado nada.
De hecho, si echamos un vistazo al diccionario académico que se puede encontrar desde el año 1726, nos encontramos con que la palabra almóndiga ya existía en el. Pero es que no sólo es ese término, sino que hay otros como toballa que ya existía en los registros de los diccionarios académicos en el año 1739 e, incluso, asín en el 1770.
De esta manera, esta organización lo único que ha hecho ha sido rescatar algunos términos que han perdido su relevancia conforme el tiempo ha ido pasando. Sin embargo, en realidad puede que lo que nosotros creamos saber no sea lo correcto.
En realidad, hemos hecho exactamente lo mismo que ellos: desde un primer momento, los términos de albóndiga y de almóndiga han estado conviviendo juntos. Sin embargo, en un momento determinado del tiempo, el último desapareció de los registros hasta que actualmente consideramos que tan sólo lo utilizan personas “cateta”… Sin embargo ¿es quizá posible que los catetos seamos nosotros?
Una situación algo delicada
Según la RAE, estas palabras deberían de estar con nosotros ya que en un principio se estableció de esa manera. Sin embargo, debido al revuelo que ha causado en Internet, sobre todo a lo largo de las redes sociales, se lo están pensando dos veces. No obstante, en el pasado diciembre del 2016 por fin se incluyeron a sus registros.
Es cierto que estas palabras antiguas permanecen en los diccionarios, pero, como ya hemos comentado anteriormente, lo que ha hecho esta organización es incluir los significados, pero, además, también ha añadido el texto de que hace referencia a un vulgarismo, o bien que es una palabra que está en desuso y que no es demasiado relevante.
Por esta razón, si tú también eres uno de aquellos que han linchado literalmente a la rae por haber incluido esos términos, te recomendamos que cojas el diccionario y que lo leas detenidamente para ver si es tan grave la situación como puede llegar a parecer en un momento. La organización advierte de que, como en los términos se ha expuesto que son palabras que no pertenecen al lenguaje actual, o si bien pone que son vulgarismo, no deberían emplearse en nuestro día a día. Es decir que, aunque es un término que se pueda llegar a utilizar, sobre todo por personas mayores, poco a poco irán desapareciendo hasta que llegará un momento en el que directamente serán erradicadas por completo de nuestro vocabulario.
Por si todavía te queda algún tipo de duda: las únicas maneras consideradas como correctas a día de hoy de decir estas palabras son “albóndiga”, “toalla” y “así”; es decir, que no empieces a escribir a lo largo de tus textos, redes sociales, blogs las palabras que aparecen en el diccionario como variaciones de las anteriores y que podrían llegar a parecer correctas porque, según la rae, no tendrías que estar usándolas.
Tres siglos después de la creación del diccionario, la RAE todavía sigue procesando las palabras y limpiando términos para poder mejorar la experiencia de cualquier tipo de usuario. De esta manera, se consigue que el castellano obtenga su máximo esplendor (por lo menos, acorde a su lema).
Lo mejor de todo es que ahora la organización ha decidido ir un paso más adelante y conseguir introducirse de lleno en el mundo de las redes sociales con el objetivo de desmentir algunos de los bulos que se está lanzando en ellas.
Eso sí, en este caso si que ha salido ganando y tiene una interpretación perfectamente lógica el hecho de emplear el término de almóndiga (o, más bien, de no emplearlo). Sin embargo, a la hora de la verdad, si que es verdad que ha aceptado algunos otros términos tan contradictorios como cederrón o, incluso, guisky y, en estos, no se tiene ningún tipo de explicación.
Mucho nos tememos que, de cara al paso del tiempo, la rae todavía seguirá dando que hablar y tendrá que dar muchas explicaciones sobre la inclusión de nuevos términos.