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Concepto
La aliteración es un recurso literario muy utilizado en donde se utilizan palabras de una manera un poco especial empezando con letras que pertenecen al mismo grupo de sonido independientemente de si éste corresponde a una consonante o a una vocal. Es un recurso expresivo que se basa en la repetición del mismo o de varios sonidos en la misma frase. Esta palabra viene directamente del concepto del latín compuesto por las siguientes expresiones:
Prefijo Ad: Este prefijo, en latín, adopta el significado de “hacia”
Littera: El significado de este término se puede traducir en nuestro idioma como “letra”.
Sufijo “-ción”: Este sufijo se asocia con “acción y verbo”.
Para que podamos entender de lo que estamos hablando, es una figura retórica que está caracterizada por la repetición del mismo fonema, de fonemas similares, de diferentes fonemas vocálico o consonánticos dentro de una misma oración o verso… En referencia a este último término, el verso, la repetición del mismo sonido debería de estar presente al menos un par de veces (en lo que se conoce como un “verso de arte menor”) o un mínimo de tres veces (es lo que se conoce como un “verso de arte mayor).
Las aliteraciones se empiezan a crear cuando las palabras empiezan con la misma letra. Además, también tenemos que considerar que las aliteraciones se utilizan tanto para sumar como añadir distinción a un determinado texto. Además, una de las principales ventajas de su utilización es que ayudan a hacer más divertida la composición.
Ámbitos en los que se puede aplicar la aliteración
Por ejemplo, en la rama de la fonología conocida como prosodia, la consonante inicial se repite al principio de dos términos de manera consecutiva o, como mínimo, no pueden estar demasiado separadas entre sí. Es decir, en otras palabras, la repetición de sonidos que se tiene que producir se hará a principios de las consonantes o bien cuando existan sílabas acentuadas.
Esto lo podemos entender de una forma mucho más sencilla con el clásico ejemplo al que nos acostumbraron de pequeños: “mi mamá me mima”. Como puedes ver, se repite el mismo fonema en todas las palabras que componen la oración consiguiendo, incluso, que sea algo difícil de pronunciar. Sin embargo, de cara a la persona que se encuentre con el texto, puede llegar a ser muy divertido y darle esa distinción al texto que ya hemos comentado anteriormente.
Por otra parte, en poesía también se utiliza con bastante frecuencia el término de la aliteración. En este caso, se caracteriza por conseguir un increíble efecto sonoro gracias a la repetición del mismo fonema o bien de la utilización de fonemas similares.
¿Qué se persigue con la aliteración
El único objetivo real de la aliteración es conseguir embellecer el texto, tanto como si estamos hablando de prosa, como de poesía. Es una manera de aplicar a un texto plano un poco de sonido y musicalidad. Pero no sólo eso, el autor que utiliza de forma frecuente la aliteración (siempre que no sea un recurso demasiado exagerado en sus textos), puede conseguir transmitir imágenes de cara al lector que ayude a potenciar sus sentidos y a dirigirle por el camino que pueda llegar a desear.
Para entenderlo más fácilmente, vamos a echar un vistazo al siguiente texto que es un extracto de un poema de gran poeta Garcilaso de la Vega:
“En el silencio sólo se escuchaba el susurro de las abejas que sonaban”
¿Hay algo que no termina de estar del todo bien en el texto? Con tan solo pronunciar la frase nos daremos cuenta de que es así. En realidad, lo único que ocurre es que estamos utilizando la palabra “s” a lo largo de todo el texto, en la gran mayoría de las palabras que lo componen. De esta manera, cuando el lector está en esa parte en concreto del texto, le ayudará a recordarlo y a vivirlo de una forma más intensa. Es una manera de evitar que esta zona en sí pueda llegar a pasar desapercibido.
Se le da distinción en base a otros textos que puedan aparecer en el escrito.
Descubre algunos ejemplos destacados de aliteración
Tres tristes tigres comen trigo en un trigal: Esta es otra de esas frases que seguramente hemos intentado pronunciar en más de una ocasión en nuestra infancia pero que no siempre hemos podido. En este caso, lo que se está haciendo es repetir de forma continua la letra T y, además, se hace más compleja la oración gracias a que se añade la letra R. En cualquier caso, nos ayuda a recordarlo.
El cielo está enladrillado, quien lo deseen ladilla hará…: Como este trabalenguas podemos encontrar toda una gran cantidad en el mercado (por ejemplo, también podemos encontrar el clásico “Pablito clavó un clavito en la calva de un clavito). Lo más sorprendente de todo es que, aunque es verdad que estamos hablando de un texto bastante complicado de pronunciar, lo cierto es que esto es precisamente lo que nos hace recordarlo de cara al futuro. Puede que fallemos cuando digamos el trabalenguas, pero, en cualquier caso, permanecerá en nuestra mente durante mucho tiempo.
Cómo quieres que te quiera, si es que quiero que me quiera, no me quiere como quiero que me quieras: En este juego de palabras se usan de forma continua el verbo “querer”. Puede parecer una locura que no tiene demasiado sentido, pero, por algún motivo, todos somos capaces de recordarlo.
Con R de Guitarra, con R de carril, que rápido ruedan las ruedas de este ferrocarril: Y terminamos con este trabalenguas también muy conocido en donde se potencia el uso de la letra “R”; este en concreto es muy interesante porque se suelen utilizar en concreto para aquellos niños que todavía no son capaces de pronunciar esta consonante con soltura.
Ahora ya sabes a lo que nos referimos cuando hacemos referencia al término de aliteración y porque se trata de un recurso lingüístico tan utilizado en los diferentes escritos